Estudio por Michael Garcia (Foto del Pastor y ministro de Cristo, Juan Cordova)
El imitador y quien desde el principio pecó
queriendo ser igual a Dios, fue satanás (1 Juan.3:8). Ahora bien, ha escuchado
usted en algunas iglesias a predicadores decir: "yo decreto que serás
millonario", "yo decreto para ti prosperidad", "yo decreto
que conquistarás las naciones" "yo, yo y yo". Predicadores que
gustan de hablar en nombre propio y no en nombre de Dios. Sepa, hermanos y
amigos, que además de ser una pretensión no bíblica, raya más en la locura y la
insensatez de quienes practican esto en las congregaciones, no es sana
doctrina, sino conceptos de metafísica y doctrinas heréticas como el dominionismo.